Es cierto que de pequeña jugaba a dirigir una orquesta imaginaria. A veces también tocaba el piano (imaginario) y leía libros (reales) sobre mundos imaginarios. Durante muchos años este sueño durmió e hizo su trabajo a escondidas: me empujó a contar cuentos (1984), luego me atrapó con el amor a la poesía, tanto que empecé a introducir muchos poemas en mi repertorio de cuentista y, pasado el tiempo, a escribir el libro Contar con la poesía (2014) para animar a decirla y no solamente a leerla; y finalmente a fuerza de recitar con los asistentes a mis sesiones de cuentos y talleres, se me despertaron las ganas de crear un grupo estable solo para eso: ¡decir poesía!
La primera oportunidad llegó con la reivindicación ciudadana para la reapertura de nuestro querido Teatro Moderno, en la que una de mis colaboraciones fue preparar textos alusivos a la protesta partiendo de poemas de autores conocidos, que el público asistente coreaba bajo mi insegura tutela. Afortunadamente el Teatro abrió de nuevo y ahí habría acabado del todo mi (pobre) experimento coral. Pero no: poco después Susana Martínez llamó a mi puerta (era el heraldo de mi sueño, pero ella no lo sabía) para animarme a poner en marcha el proyecto de verdad, no con coristas “cautivos” como había sido la experiencia anterior, sino con personas interesadas en la poesía, poesía, poesía. No me hice rogar, es cierto, pero puse una única condición: que formásemos equipo. Susana es la mitad del proyecto y cuida con su buen hacer de las muchas cuestiones prácticas que requiere esta maquinaria poética formada por cerca de veinticinco personas llamada Coro Poético y Peripatético.
Un coro formado por personas interesadas en la poesía, sin discriminación hacia la calidad de sus voces, y dirigido a todo el mundo, a cualquier tipo de público; personas que piensan que la poesía no solo vive en los libros, que la poesía está en el viento, está en la calle. Y para mantener esta afirmación ponemos por testigo a Homero con sus aladas palabras; después honramos a Bob Dylan, el primer bardo (¡por fin!) Premio Nobel de Literatura, con su “respuesta está en el viento”; y para acabar recordamos a nuestro ruiseñor muerto, Federico García Lorca, quien en 1936 dijo que “la poesía es algo que anda por las calles”.
Por eso este coro además de poético es peripatético, porque va a lugares donde no reina la poesía ni se la espera. Y porque esta palabra esdrújula, peripatético, es una palabra llamativa, sonora, antigua y por tanto guardiana de mucha memoria. Tanta que, a decir verdad, es el origen y sustento de este proyecto: la imagen remota pero viva del coro griego.
El coro poético y peripatético es un proyecto creativo que ama la poesía dicha con muchas voces, y que como todos los coros, ofrece a sus coristas la recompensa de agrandar la voz individual para llegar más lejos y más fuerte. Un coro que desea explorar oralmente los más variados textos, que tiene curiosidad por conocer la obra de mujeres y hombres enamorados de la palabra de todo tiempo y lugar y que, en suma, adora jugar con las palabras, paladearlas en grupo y explorar con mirada de pionero cómo sería ser un coro que solo dice poesía.
Desde su creación, finales de 2015, el Coro Poético y Peripatético tiene citas que se repiten con gusto todos los años en su querida ciudad Guadalajara: Maratón de Cuentos, Navidad, Día de la Mujer, Feria del Libro y Día de la Poesía. Además ha participado hasta la fecha, entre otros eventos, en la XXI Gala de Ecologistas en Acción 2019, en la temporada de cuentos de Azuqueca de Henares 2018, la Clausura III Jornadas de Animación a la lectura de AEDA, Alcalá de Henares 2017, y en El andariego de Cabanillas del Campo 2016.
Coristas en febrero 2019: Inma López, Narciso Hernández, Celia Portillo, Antonio Rodríguez, Mariaje Paniagua, Alicia Martínez-Abarca, Inma Romeo, Susana Martínez, Candelas Díaz, Enrique Canas, Noelia Medina, Mª Ángeles Ruiz, Concha Carlavilla, José Luis Serrano, Mª José Olivares, Dori Saiz, Luisa Borreguero, Belén Morata, Cristina Cruz, Mercedes Serrano, Inma García, Emilia Sánchez.