
Cuento y poesía, dos pedazos de la misma tela
Poesía, un pájaro
con las alas abiertas
volando sobre ti
en mitad de la lluvia.
Este poema lo escribí para colocar en una esquinita del reverso de la postal que se repartió este 21 de marzo por Guadalajara como conmemoración del Día de la Poesía 2025. La espléndida ilustración para postal y cartel de este año ha sido obra de la artista Maite Marina.
El día estuvo plagado de manifestaciones poéticas realizadas por numerosos colectivos de la ciudad y organizado por el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil. Fue un honor que me invitaran a ser la pregonera de este año. Para la intervención, además del propio Pregón, quise compartir un retazo de lo que significa la poesía para mi vida y mi trabajo de cuentista. Este escrito es una breve pincelada de lo que conté. Hasta donde me llega el recuerdo, siempre he incorporado en mis espectáculos de narración, tanto para adultos como para criaturas, algún tema poético; no ha sido una decisión pensada, sino algo muy sentido. Tengo la fortuna de que gracias a mi actividad comunicadora, la poesía vive a través mío en sus tres aspectos: como lectora, escritora y narradora oral. Y tenerla tan presente me ha regalado muchas cosas, la más importante, el aprecio hacia la memoria como la base imprescindible de cultura, pues ha sido el precioso vehículo a través del cual se han transmitido saberes, aventuras y sentires desde que el mundo es mundo. El propio significado de la palabra recordar ya nos lo anuncia: volver a pasar por el corazón.

Como ejemplo muy antiguo de la necesidad ineludible del pasaje de boca a oreja a través de generaciones para que el discurso sobreviva, traigo aquí un poema sumerio recogido en el libro El mito de la diosa de Anne Baring y Jules Cashford, Ediciones Siruela. La civilización sumeria fue anterior a la babilónica y a la asiria, y floreció en el cuarto y tercer milenio a. C. en el área en torno a Basora, en la frontera entre los actuales Irán e Irak. Pues bien, a pesar del tiempo transcurrido, por fortuna han llegado hasta nuestros días unas 30.000 líneas de su escritura, y la mayor parte están en forma poética. Entre sus composiciones, se encuentran alrededor de 29 relatos épicos, 200 himnos, así como varias colecciones de proverbios. Este texto en cuestión se pone en boca de la diosa Inanna dirigiéndose a su hijo-amante Dumuzi:
Lo que yo te diga
que el cantor en canto lo teja.
Lo que yo te diga
que fluya de oreja a boca,
que pase de viejos a jóvenes.
Cuando escribí la presentación a modo de prólogo para el I Catálogo de la Narración Oral en España, publicado en 1996 por el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara (el primer Maratón de los Cuentos se había celebrado en 1992 con gran vocación cosmopolita), al final del texto añadí este poema con una nota al pie —a todas luces para esconderme como autora— que decía: “Inscripción hallada en el tumba de un hakavati en Bagdad”:
Sabed de la luz que lleváis para que no se os apague.
Sabed de las miradas que bailan y alegran
cualquier tarde de luto.
Sabed de las palabras que se esconden y cantan
como ninfas de la noche.
Sabed de vuestras manos, hojas del árbol de la vida
que se mueven al viento y que fluyen
del mar más profundo.
Todo esto sabed y así seguid contando:
mil y una vez andaos los caminos,
mil y una vez flotad en las miradas,
mil y una vez escuchad los latidos de vuestro corazón.
Respetad a la mujer y al hombre que lleváis dentro
y ayudad a que todos hagan de su vida
ese cuento que eternamente sueñan.
Que vuestras voces no enmudezcan.

Esta honda conexión entre la poesía y la narración oral tal vez sea un acicate como profundización de mi propio trabajo, quizá sea por pura pasión. Si bien es cierto que no faltan autoridades que den la razón a este sentir, como esta copla de Antonio Machado, tan sabia:
Canto y cuento es la poesía.
Se canta una viva historia,
contando su melodía.

Asimismo como ejemplo de la asimilación existente entre estas dos disciplinas, he aquí un breve fragmento de Hans Christian Andersen. Se encuentra en el cuento “Los fuegos fatuos han llegado a la ciudad, dijo la Reina del Pantano”, dentro del libro Es la pura verdad publicado por la editorial Labor; una historia en la que un escritor de cuentos que, tras las calamidades de un país devastado por la guerra, ha perdido la inspiración, sale una noche en su busca y se encuentra con la extraordinaria Reina del Pantano, que se lo ofrece a manos llenas: Cuento y poesía, dos pedazos de la misma pieza, pueden echarse donde les apetezca. Toda su obra y toda su charla puede recocerse y sale mejor y más barata. Yo te la daré gratis. Tengo un armario lleno de poesía embotellada. Es la esencia, lo mejor de ella: hierbas, dulces y amargas. Guardo en botellas toda la poesía que utilizan los humanos, para poner unas gotas en el pañuelo los domingos y aspirarla. Más de la que puedas necesitar.
Y para terminar este retazo de lo que aconteció aquella tarde tan especial, aquí va el Pregón del Día de la Poesía 2025 que escribí para la ocasión:
Esto es una declaración de amor:
mi patria es la literatura,
las palabras que se fijan en las pequeñas cosas
y se ligan entre ellas buscando la belleza.
Palabras que ayudan a reconocerse o evadirse,
a descubrir sentidos, sentimientos y saberes.
Las palabras medidas y las dichas de viva voz.
Mi patria es la poesía, mi compañera,
gracias a ella vivo cada día el sosiego de la lectura,
la posibilidad de transcribir mis latidos en el papel,
el placer de poder comunicarlos.
La poesía es un regalo.
Una chispa en mitad del silencio,
pura llamarada de fuego inextinguible.
Allá a donde vayamos, allí está:
detrás de cada puerta cerrada,
al final de un camino misterioso.
En el centro de la diana:
en el puro corazón de las cosas.
La poesía nació con el mundo:
vive dentro de lo que acontece y de cualquier estado del ser.
La poesía es memoria y canción,
pues cantar es lo que hace la lluvia y el viento en las hojas.
La poesía dice: no pasarán los momentos sin dejar huella,
sean bellos o locos. Divertidos o insoportables.
La poesía alegra una mañana de niebla, vela una noche de insomnio,
procura el reposo tras una batalla perdida.
La poesía es imaginación, belleza y verdad.
Oh, Poesía,
señora de las palabras aladas,
los vestidos de flores,
el silencio de la nieve,
las huellas de los pájaros.
No estás sola, me gritas al oído,
mientras cantas con el crepitar del fuego
y con los chillidos y la determinación de las grullas.
Cuando nos hablas, creemos que son nuestras las palabras,
pero eres tú, como el aire, la que nos habita.
Oh, Poesía,
luz del mundo,
señora de la proclamación de todas las primaveras.
Diosa del amor a lo visible y lo invisible,
vela por nosotras
y por nuestro sueño de un tiempo más claro, sencillo y feliz.
Amada Poesía, mi matria de palabras. Gracias.
Coda:
El arte es una de las puertas,
un consuelo, algo de luz
y sentido.
El arte es conexión.
Amor, al fin y al cabo.
Amor de principio a fin.
¡VIVA LA POESÍA!
